Amores que ahí
están,
al pie de un
envenenado destino
resistiendo el
vértigo del olvido
sin ternura de
angora
sin un gesto de
aprecio
deslizando su
presencia
por un lienzo de
indiferencia.
Geranios de balcones
enloquecidos
moribundo
ejército rojo
que ruega
limosna a la lluvia,
el sol los mira con
ojos de cuervo.
Espigas de latidos
que luchan
por sacar adelante
corazones de atletas
caídos.
Velas arrodilladas
que alzarán el vuelo
para seguir la voz del viento.
Ríos de bueyes
cabizbajos
perpetuos
pájaros de plata.
Todos confían en un esplendoroso
amanecer
todos fueron
traicionados
todos enterrados
precipitadamente
todos mirando hacia ese punto de luz.
todos mirando hacia ese punto de luz.
La esperanza puede
oler su temor
y escuchar que la
llaman.
Ilustraciones de Catrin Welz- Stein